lunes, 31 de diciembre de 2012

Reflexiones y Pachanga

Este condenado del 2012 se acabó muy rápido, ya es 31 de diciembre y como que ni siquiera maduré tantito.

La verdad, me la pasé de peluche, desde la tertulia (la palabrita es por culpa de El Profesor que me indicó que la debía usar) de fin de año del 2011 que terminó en enero, hasta el día de ayer.

Si…. Ya sé que hubo ratos malones, días que no queremos que se repitan y hasta noches con pesadillas, pero si hago cuentas fue un buen año para su Conocedor y familia:

Mi Chiquita, La Cachorra y el Oso de Peluche, seguimos juntos y queriéndonos.
Mi suegrita hasta me dijo “muñequito” y sin tequilas en el cuerpo.
La enfermedad más grave fue algún “chorrillo” y por tragón.
Los amigos no me “cortaron”, las amigas tampoco y se pusieron más guapas.
¡¡Hice más amigos!! Esto me encanta.
Algunos “chiquillos” ya no están tan “chiquillos” y disfruté muchas pláticas con ellos.
Llegaron otros más chiquillos a unirse al equipo mundial, ¡bienvenidos!
Algunos se fueron para indicarnos el camino como guías comanches. Los vamos a extrañar.
Los mayas se equivocaron o nos pusieron una megachoreada y aquí seguimos.
Del asunto de los arrepentimientos, solo hay un par. No di todos los abrazos y besos que debía y no recibí otros tantos.

Ya mero llega el 2013 y he escuchado varias dudas al respecto:
¿Cómo vendrá? ¿Irá a estar mejor? ¿Será mejor que el 2012?

Yo opino: ¿Qué no todo eso depende en buena cantidad de nosotros?

Este fin de año, no voy a hacer lista de propósitos. ¿Para qué? Si acabo tachando el 95% de la lista… No, este año voy a convivir más, a disfrutar más, a platicar más, voy a cocinar más, a trabajar mejor, a pachanguear más y voy a estar de buenas más días. A todas estas si le puedo poner palomita. ¿Quién se junta?

También les comparto otro pensamiento (qué filosófico se puso este Conocedor): No esperen nada del 2013; a ver que apoquinan ustedes para que nos quede más adornadito y lustroso, que lo hagamos con cariño como cuando le hacen una torta de milanesa a su media naranja, que este año esté orgulloso de lo que le aportamos todos y que ahora dure más…. Se pasa cómo bólido en pista.

Hoy en la noche, a la hora del brindis, háganlo primero por cada uno de ustedes, ya luego por a los demás.
Mi Pá decía que si uno no está bien, no puede dar bienestar a nadie.
¡Salud por mí y por todos mis compañeros!  Y que este 2013, sean mejorcitos que el año pasado, el pobre 2012 no tuvo culpa de nada.

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viernes, 28 de diciembre de 2012

Velocidad y Embarazo

La primera noticia que recibo hoy, es que Mi Chiquita está embarazada…… casi me desmayo de la impresión.
¿Se imaginan empezar otra vez con ese trajín de pañales, llanto, sillitas y visitas de como 86 amigas y parientes para eso de la felicitación?
Estos días de vacación, tenemos invitados leoneses en casa, al momento de la noticia, estos pusieron cara de “ya cómprense una tele”.

Además ayer nos dedicamos a la velocidad, nos fuimos cual pilotos de F1 a manejar Karts allá por el norte de la ciudad. Juan y Danny, sin saber del embarazo, nos invitaron a manejar su Kart y ni tardos ni perezosos, pues fuimos.
Juan que es el único que sabe manejar su bólido, fue el primero en dar algunas vueltas a la pista, se veía retefácil. El mencionado bólido es de velocidades, yo solo sabía que existían Karts automáticos y nunca había manejado uno así.

Pablo, hijo de Rafael (que sigue sin prestarme los 100 pesos) fue el segundo piloto del veloz aparato. Se le apagó 2 veces mientras nos reíamos de él en los Pits. Después de varios intentos, logró completar algunas vueltas a muy buena velocidad.

El siguiente piloto fue Rafael, como maneja como viejito, no tuvo problemas y dio varias vueltas sin estar, ni de cerca, del record de pista.

Ahí decidimos que todos queríamos manejar y nos lanzamos a la renta de varios Karts. Muchas de la mujercitas que nos acompañaban tomaron sus cascos y volantes para empezar la carrerita. Mi Oso de Peluche, manejó con un casco que le quedaba como nave espacial y le giraba alrededor de la cabeza. Dice que manejó por "filing", Que cuando sentía pastito pues giraba el volante y completó muchas vueltas a la pista.

Acá su Conocedor, que tiene tamaño “large” se metió en uno de los carritos y quedó como sardina en lata. Con el casco puesto parecía que los cachetes se iban a salir por la presión y las patas me quedaron como en posición de loto.
Así arrancamos, yo seguro de mis habilidades, dejé que las niñas tomaran ligera ventaja, para que posteriormente fueran rebasadas y humilladas por el pilotazo que vive dentro de mí.

Lo que no contaba, es que son como taxistas como prisa. Todos hemos recibido cerrones de alguna conductora que no va a llegar a tiempo a dejar a sus retoños en la escuela….. hagan de cuenta. Cris, que iba delante de mí, sufrió ante mi pericia y fue rebasada, esto duró como un segundo, pues en la siguiente curva me da semejante cerrón, que mi corazón sigue acelerado al momento (y todavía ni sabía de mi Chiquita) y de ahí en adelante solo se burlaba de mí.

De lo mejor fue, al momento que La Cachorra toma el volante y su madre le indica: “Te vas despacito”…. Como mi Cachorrita es muy obediente, pues que se lanza a la pista a 3 kilómetros por hora, a la segunda vuelta su voluble madre (yo creo que es por las hormonas y ni sabía) ya le pegaba unos alaridos de “MÁS RÁPIDO, ACELÉRALE”.

¿Han correteado a dos rubias? Las hermanas Gaby y Danny son de peligro, una al lado de la otra y a muy alta velocidad, me mantuvieron a raya si poder siquiera acercarme a sus bólidos, las dos se cierran como en periférico y de que no pasas, no pasas.

Total terminó el tiempo de renta y salimos (eso es un decir). Salieron todos, pero su veloz Conocedor, quedó atrapado en la silla del Kart, mi respingado trasero, se atoró y no había forma de salir. Pensé que iba a necesitar una karttectomía para que me quitaran el carrito. Como 5 minutos después y con ayuda de todos, salí emitiendo un clarísimo “pop” al expulsarme del asiento.

Luego ya vino lo difícil: Maneja el kart de Juan.
Muy seguro de mi mismo, que me equipo con gorra, casco, guantes y auto. Ni Alan Prost estuvo tan listo como yo. Solo me preocupaba la salida de la silla al terminar mi prueba.
Estuvo padrísimo, no tenía ni idea en qué velocidad iba, al acelerar, sientes que rebasas a tus cachetes, este de verdad corre. Muy consciente solo di unas cuantas  vueltas, antes de quedar endeudado por “volar” el motor del Kart. Ya para salirme de la silla, había unos 4 mecánicos dispuestos a jugarse el físico ayudándome a salir y salí sin problemas.

Muy contentos y agradecidos con Danny y Juan, regresamos a su casa para gorrear pizzas. Son superanfitriones.
Regresando a lo del embarazo. Después de una media hora de sudores, temblores, taquicardias y váguidos, me salen con que: ¡¡FELIZ DÍA DE LOS INOCENTES!!
 
Se pasa, pero ahora que se cuide…… Todavía ni amanece y ya me están choreando, igual y la embarazo en venganza.

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jueves, 27 de diciembre de 2012

Calucho Corporation

¿What?    ¿Eeeehh?

Este es un grupo nada empresarial de personajes muy importantes en mi niñez y mi actualidad, está compuesto por varias calamidades que hasta la fecha sigo frecuentando y disfrutando. En estas fiestas he visto a un chorro de ellos, les platico:

Todo empieza en 1968 que mi Pá y Má, deciden que debemos irnos a vivir más al sur de la Capital y como las calles estaban muy escasas de coches, pues las tomamos como patio de juegos, así lo hicieron una bola de vecinos más o menos de nuestra rodada y se empezó a gestar la Calucho Corporation.

Me tardé muy poco en descubrir a “Los Ortega” que vivían en mero enfrente de el nuevo hogar y José Ignacio que respondía mejor simplemente a ¡¡¡Ortega!!! Fue mi primer amigo de la calle.
En la casa de Ortega, aprendí que se podía uno robar cualquier cosa del refri, mientras el refri de mi casa fuera igual de robable, también aprendí que había otras mujeres en el mundo además de mis compañeritas de escuela, que ni caso me hacían, Había en ese hogar 2 bellas Ortega, ahí también conocí a Missy, Gina, Kathy y a Mónica, que eran unas vecinas que para que les cuento…….. De lo mejor.
Como en casa de los Ortega desfilaban una bola de “mujeres” diría mi madre. Apareció Cacho, otro vecino de la calle de atrás que andaba en busca de  “ligue”, también más grandecito que yo, tendría como 12 años.

Con Cacho inicia la Calucho Corporation (nombre que le dimos posteriormente). Tiene 7 hermanos más, 4 son mujeres y muy atractivas (ven puros sueños guajiros con cuanta fémina yo viera) y 2 de sus hermanos Rafael y Sergio pasaron a formar filas en la corporación. Esto tres han sido mis socios, amigos y colegas desde entonces.

Ya entrados, más bien salidos a la calle, (Los Fernández, Cacho y hermanos) eran muy populares entre la vecindad y que empiezo a conocer más vecinos, los Aguilar (14 hermanos, que sobrepoblación familiar) había hermanas, todas guapísimas 5 en total (ven lo de las féminas) y los cuates Miguel y Andrés como representantes del grupito.

De la calle de atrás sale “El Profesor” que entonces era “nomás Alumno” y si le digo José Ignacio que así se llama, me pregunta si estoy enojado…… Beto el de la esquina y el único con transporte motorizado, una Combi donde cabíamos como 47.

En otra calle más lejana y donde aprendí sobre delicias libanesas, con Alejandro como representante (que también entiende solo por Bisteni) y que su mamá quería fuera niña (son 4 hombres) pero le salió machín y nada femenino.

 A esta peligrosa fauna se unió una Jimeniza (primos de Cacho y hermanos), Enrique que es el chiquito del grupo, pero el único que fumaba  a los 8 años de apellido alemán y experto conocedor del café. Los Villaseñor, ya nuestra influencia llegaba a otras colonias, con Javier que es de precaución intensiva (le encanta cualquiera con falda, yo creo que hasta los escoceses).

La Música, esto fue lo que realmente nos unió, en 1975 Cacho me invita a ser su socio y poner música en fiestas, por supuesto que necesitábamos lana para invitar de perdis un café a alguna Aguilar….. Empezamos con una grabadora, la bocina de la guitarra eléctrica de Mauro (el hermano mayor) y 3 cassettes (ya nadie los conoce). Íbamos a las fiestas con 20 gorrones en promedio, todos tomaban, comían, bailaban y además cobrábamos.
Cacho se hace serio y me hereda a Rafael y a Sergio de socios. Ahí empezó la Etapa de Profesionales en Sonido, ya éramos DJs de verdad con equipo y todo, hasta los mismos 20 gorrones promedio por fiesta.
Hoy me brincan nombres muy familiares en aquella época como: Fernanda, Peggy, Lucía, Charlie, Maricarmen, Tapia, Lourdes, Victoria, Pablo, Patricio, Gabriela, Daniel, Katy, Rommy, Paty, Aurora, Helen. Pepe, Leonardo, Gustavo, Eduardo, Salvador, Javier, Marucha, Norma, Martha y muchos otros que recuerdo con mucho cariño.

La Calucho Corporation quedó informalmente constituida y hoy todavía hay miembros muy activos. Cacho, Lourdes (adivinen esposa de Cacho y una de las famosas Aguilar) Rafael, Sergio, El Profesor, Bisteni, Enrique, Daniel, Gaby, con varios anexos de nuestra y la siguiente generación. Ya acumulamos los primeros 42 años de amigos. No sé ni cómo nos aguantamos.

Este grupito de amigotes,  teníamos como 15 casas disponibles (All Inclusive), con alimentos y bebidas incluidos para nuestro disfrute. Lo que no contábamos, era que en cada casa había papás que nos ponían como camote, cual si fuéramos sus hijitos. Esto nos hizo sentir más en familia, si cada uno recibía camotizas en casa, ¿por qué no en las demás?

Era usual tomarnos 2 cajas de Chaparritas el Naranjo (no tienen comparación..) en casa del Profesor. Lo malo es que las 2 cajas eran para la familia y debían de durar una semana (nos duraba media tarde),  también era usual asaltar la despensa Bisteni, llena de nueces, galletas MacMa y otras delicias árabes. Andrés (según nosotros) inventó el Pastel 3 leches, empujaba en un vaso jaibolero todo el pastel que cupiera y lo rellenaba de leche, eso en su casa que también era asaltada. Sandwiches en mi casa, hojaldras de chorizo en casa de Los Fernández, botanas en casa de Beto, además de otras casas en las que éramos requeridos y sufrían desabasto después de nuestras visitas.

¿A poco no?
¡Es de pelos tener amigos!

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miércoles, 26 de diciembre de 2012

¡Ahora sigo yo, ahora sigo yo!

Eso de pertenecer a otras familias que no comparten tu apellido es de pelos.
Ayer fuimos incluidos en la comida navideña de la familia Fernández, Gaby y Daniel pusieron su casa para recibir a la Fernandiza y a su Conocedor con todo y anexos.

Cabe aclarar que éramos como 40, estos Fernández son reteprolíficos, estuvo desde Don Mauro, hasta varios bisnietos. Todos son pachangueros, todos son cariñosos y todos son mis amigos.
Ya han sabido de varios Fernandez (Cacho, Rafael y Sergio) pero ahora les voy a platicar de dos de sus políticos: Daniel (el anfitrión) y Mauricio otro que no es Fernández.

Lo primero que pasa en el día, es que recibo telefonazo urgente de parte de Daniel solicitando “mi riata”. La verdad si me saqué de onda, pensé: ¿Para que la necesitará con tanta urgencia? Sin querer dudar de sus intenciones, la aventé a la cajuela del micro para que no se me olvidara.
Fuimos amenazados para que no fuéramos a comer muchote, porqué habría tamaliza. Muy obedientes, desayunamos como a las 12 del día y como náufragos recién arribados a tierra.

La cita era a las tres de la tarde, a esa hora salimos en viaje de unos 30 kilómetros. Al arribar, que nos toca cargar con media tonelada de alimentos y bebidas que venían llegando al mismo tiempo y había que colocar en la cocina y en el bar respectivamente.
Ya ingresados en la reunión y con copa en la mano ofrecida por Daniel, empezó la pachanga: Abrazos, una bola de besos (para que les de envidia a muchos) de parte de muchas bellas Fernández, brindis, botana y plática.

Ya entraditos en la tarde, que salen las piñatas, Como Mauricio y Daniel organizan muchas de las actividades, pues que me piden “la riata” ya se imaginarán la albureada que recibieron y todavía ni la veían. Se escuchó desde: “!A Daniel le urge la riata de Gil!” hasta “Mauricio y Daniel la van a agarrar de la punta para jalarla bien”
Total, con mi riata atorada en una barda del vecino y del otro lado Daniel manipulándola, empezó la guamiza a la piñata. Por cierto, las nuevas piñatas de papel, no se rompen ni con sierra eléctrica.
Mauricio colocaba el trapo alrededor de los ojos de los golpeadores y Daniel le jalaba a la riata. Así nos despachamos la primera y con saldo blanco sin ningún infante herido por una madre abusiva que se lanza cual flecha de cupido para agarrar muchos dulces.

En la segunda piñata, Daniel ya se había aburrido de mi riata y la dejó en manos de Sergio que de ahí en adelante fue el encargado de jalarla, esta segunda piñata era más peligrosa, los golpeadores ya eran de más de 45 kg y metro y medio de altura, incluidas varias féminas que parecían muy resentidas con la pobre piñata. Ya vendados por Mauricio y mareados dando vueltas gracias a Brenda, quedaban como borracho en cantina pero armados. Hagan de cuenta beisbolistas ciegos en bronca contra el equipo contrario pero sin soltar el bat. Ante tanta violencia, Mauricio intentaba refugiarse en alguna silla lejana, pero hasta allá lo seguían los palazos (otra albureada). Daniel aparecía bailando después de que cada adulto golpeador terminaba su turno y solo cantaba alrededor de la piñata: “Ahora sigo yo, ahora sigo yo”.
Después del segundo sacrificio piñatero y ya con un hambre feroz (ya eran las 7 de la noche y se imaginan si no hubiéramos hecho nuestro tentempié mañanero) que nos arrancamos con lo de la tamaliza.
Aquí si me dio  miedo, como manada de leones hambrientos, que se dejan ir hacia las viandas no menos de 35 Fernández armados con tenedores y platos al acecho de los tamales y los frijolitos. Sí pensé, "o me pongo bravo y me descuento a unos 5 o no ceno".
Cacho que es experto en eso de los banquetes, había calculado perfecto el hambre de su familia y todos cenamos, yo hasta repetí. (Del verbo más tamal, no del verbo sapo).

Lo único malo de la cena, fue que a Mauricio (ya recuperado del susto de los batazos) se acordó que le debo una copia de la colección  (qué el me regaló) de música navideña desde hace 2 años.

Con medio tamal en la boca solo le pude decir, que para la siguiente Navidad ya se la tengo lista. Si me tardo, le llamo por teléfono y se la pongo para que oiga villancicos aunque sea por vía satelital.
 
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martes, 25 de diciembre de 2012

Mañana de Navidad y queremos día libre

Las costumbres familiares se van heredando, en mi casa la pachanga del 24 de diciembre normalmente acaba el 25 como a las 7 de la mañana y buscando alguna quesadillera que nos pueda salvar del hambre.

Nunca había yo tenido que levantarme para ir a una comida de navidad (qué rara familia pensaran los lectores), pero así era.
Hoy que estoy casado con Mi Chiquita y su familia tiene otras costumbres, pues hay que levantarse para la comida navideña, aunque no sea con su familia y yo tenga mis ojitos lagañosos.

Como casi toda la parentela está en calidad de trapo viejo por la desvelada, pues seguro nos va a tocar recalentado. A mí que se me antoja un caldo de gallina bien espeso, con garbanzos y arroz para que amarre mejor, seguro me van a querer servir romeritos o la torta de bacalao de anoche. Ya mejor ni lo pienso.
Mi Osos de peluche, inventor del día libre, tampoco se quiere levantar. Muchos se preguntarán: ¿Qué es el día libre? Aquí se los detallo:

Abres los ojitos sin presión alguna de madre apurada o despertador tipo bomberos. Los vuelves a cerrar hasta nuevo aviso.
Cuando ya cueste trabajo cerrarlos, te paras para hacer pipí y regresas a tu cama para descansar del esfuerzo. Prendes la tele y le canaleas para buscar algo que ver. Vas al refri a ver si hay algo antojable o de perdis un vaso con leche bien fría. Regresas a tu cama porqué ya te dio frío con la leche. Durante la tarde, hacer palomitas y comértelas mientras ves una película echado en tu cama. Al iniciar la oscuridad del día, ir al refri otra vez para verificar que no hay nada y solicitar a tu papá que pida tacos para cenar.  Estas actividades se repiten durante horas y horas.

Condiciones básicas para el día libre:
No quitarte la piyama.
No tender la cama porqué luego ya no te dejan taparte otra vez.
No bañarse y ni se te ocurra peinarte.
Comer y beber lo que haya sin mucha exigencia.

El día libre rompe con cualquiera de estos imprevistos:
Mi Chiquita grita: “Ya báñate”
Llegan invitados y hay que quitarse la piyama. (Aquí se vale dormir en pants para no tener que realizar la actividad de vestirse)
Mi Chiquita dice: “Hoy no voy a cocinar, ¿A dónde vamos?”

Lo que nos sucede hoy en la mañana a los hombres del hogar, es que nos urge el Día Libre. Ni el mejor argumento nos convence de lo contrario. ¿No saben que está iniciando la vacación y necesitamos recuperar energías?

Pero, los argumentos de Mi Chiquita son imposibles de rebatir:
¡¡Te bañas porqué lo digo yo que soy tu madre!! (El Oso sabe que así es y no tiene argumento)
Hoy es Navidad y vamos a ver a mi Mami. (Pero si ayer ya la vimos….y estaba igualita que antier)
¡¡Son un par de amargados!! (No, estamos reposando)
Pues nos vamos solas, pero ya verán. (Así cualquiera rompe su día libre, ¿quién sabe que veremos? pero suena peligroso)

Total el día libre nos va a durar como hasta la una de la tarde, en la que tendremos que acicalarnos y estar listos para el recalentado. (Ambos pensamos en llevar lunch a la comida)

Ni modo, el día libre va a tener que esperar.
 
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lunes, 24 de diciembre de 2012

Nos juntaremos en Noche Buena

Como no se acabó el mundo, ya pasado el susto, estamos listos para seguir la pachanga y hoy es Noche Buena.

Déjenme les digo que ya se está marinando la pierna que nos tocó llevar, listos vinos y botanas, listos los invitados (hoy somos de ese equipo) lista la casa que nos abre sus puertas para reunirnos con la familia de Mi Chiquita.
Además de que en estas fechas casi todos están contentos, casi todos comen, reciben y dan regalos, casi todos se la pasan de pelos. Casi todos también tienen su tiempecito de reflexión y recuerdos de queridos idos. (Le mando un beso a mi Pá). Esos  momentos no tan alegrones,  no me encantan, pero también los tengo.

Lo que quiero platicarles es que luego se encuentra uno la tía que a media pachanga, mientras hay una bola de enanetes corriendo y rompiendo adornos de la casa ajena, varios primos intercambiando miradas sospechosas (¿A poco nunca les gustó un@ prim@?)  Y a esta méndiga tía se le ocurre callar la reunión para decir unas palabras:

“¡¡¡Cállense que quiero decir algo!!!”
“¡¡¡Qué se callen!!!”

Acá su conocedor es el último en callarse por estarle pidiendo a la anfitriona, más botanita de la agridulce.
Ya todos callados se arranca la tía:

“Primero quiero agradecerle a la sobrina Lili que me haya invitado, ella sabe que es mi consentida.” (Eso lo repite en cada reunión y en cada casa a donde es invitada)
“También quiero recordar a Mima” (su mamá que ya nos mandó lejos hace como 35 años) “¡¡Cómo me haces falta madrecita!!”  Y empieza el llanto.
“Pásame un klinex porfa”….. y se avienta una sonada como de minero recién salido de una mina de carbón.

Después de algunos minutos de tortura mental, recordando parientes idos desde hace más tiempo que el que tiene de vida la mayoría de los ahí reunidos y que ni conocimos…. Ya la mayoría, tiene el ojo colorado y mojadón, ya se gastaron como 3 cajas de kinex, y ya le agarraron la mano a su media naranja.
Yo pregunto: ¿Por qué les gusta llorar y hacer llorar? ¿Por qué en público? ¿Por qué torturar al resto de la familia?

Lo peor no es eso, la condenada tía después de hacer llorar a media familia, se sorraja como cuatro platos de viandas navideñas y tres cuartas partes de una botella de tequila acompañada de ocho copas de sidra Santa Clos.  Y vuelve a pedir la palabra:

“¡¡¡Ahora sí!!! Pónganme un Cuplé” (seguro algunos ni idea tienen que tipo de música es esa)
Se arranca bailando como Sarita Montiel, mientras canta a grito pelado  la melodía en cuestión. Los niños corren espantados hacia sus padres, algunas copas vibran peligrosamente a punto de estallar y con una excelente puntería saca a bailar al sobrino más tímido de la familia. El pobre nada más se mueve tratando de escapar a de los muy fuertes brazos de la tía si ningún éxito. Como no para de saludar a Santa en copa, le da sueño y se queda dormidita en la sala, hay que subirle al volumen de la música porqué sus ronquidos de oyen hasta la fiesta de los vecinos.

Pues con todo y tía, con todo y llanto, con todo y la cruda y empache del día siguiente, les deseo una Noche Buena muy acompañados en familia y amigos, muy feliz y muy bien vivida.

Además, ni se crean que se salvan, mañana es Navidad y seguro hay algún otro personaje que los va a hacer llorar, reír, bailar y beber, en menos de 8 horas.

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viernes, 21 de diciembre de 2012

Carta a Santa Claus y a Los Reyes Magos

Queridos Santa, Melchor, Gaspar y Baltasar:

El de la lap, o sea su mismísimo Conocedor, se ha portado bien este año: pagué mis impuestos (esto se lo debería escribir a Videgaray), no me transé a ningún cliente, no le puse el cuerno a Mi Chiquita (bueno mentalmente sí, pero no cuenta),  hasta bajé unos 15 kg de peso y me lavé los dientes todos los días. El caso es que me siento con derecho a pedirles algunas cositas:

Santa:
Tú que tienes influencias en territorios americanos de habla inglesa y española, te pido que ya convenzas a los primos del norte, que regulen su venta de armas, que se las truenen menos y que su gobierno ya no sea tan rijoso. Esto nos conviene a casi todos (los productores de armas van a poner precio por nuestras cabezas) y así le bajamos a la violencia.
Además, igual que  a Los Reyes, te voy a agarrar de mensajero, para que les entregues un abrazo de mi parte a todo norteamericano que te encuentras. (Incluye a Canadá donde tengo muy buenos cuates)
Para los del sur, diles que no debemos depender de caudillos, que todos aportamos y no solo los pobres cuentan (hay unos países con unos gobernantes que ya ni la friegan).  Dales más ritmo (es buenísimo el ritmo latino) y que hagan más canciones. También échales una manita para que  sepan que son igual de fregones y aptos que el resto del mundo (no cómo nos han dicho) y diles que en América, desde Canadá hasta la Patagonia, podemos hacer un super continente si nos ponemos de acuerdo. (Lo cual está cañón)

Melchor:
Por ahí dicen que naciste Europeo, te toca aquella zona que anda con un lío económico severo. Diles que se pongan a trabajar, que está medio rudo mantener tanto baquetón, también los tienes que convencer que si siguen con esa tendencia, entonces les van a caer los Mayas y su mundo si va a cambiar. Ya fueron ricos, pero hasta los ricos se hacen pobres si no trabajan.
Si te caben en las maletas, traite un vinito francés, unas salchichas alemanas, un queso suizo y unas aceitunas portuguesas, acá nos las echamos y yo pongo las zanahorias pal caballo.

Gaspar:
Te toca Asia porque eres de esos lares. Tamañón de territorio que casi no tiene broncas, te tocan desde árabes e israelís, chinos, coreanos, japoneses y hasta australianos. Primero pídeles recetas de cada país y me mandas copias (es retebuena su cocina) ya luego, a ver si logras que se lleven mejorcito, traen una de pleitos por todos lados que ni parecen ser del mismo barrio. Diles que las guerras ya pasaron de moda, que ahora ya hay que llevarla bien con los vecinos.
Seguro mis Cachorros te van a dejar galletas y leche, pásale a la cocina y ahí encuentras mejor botanita, yo te sugiero, un abulón rasurado que dejo con la salsa al chipotle en el refri.

Baltasar:
Tu bronca es África, tu tierra ha tenido muchos problemas porqué todos la quieren explotar y nadie la pela de verdad. Considero que los debes poner más notorios aprovechando las redes sociales, que todos nos enteremos que son otra bola de personas que necesitan apoyo y solidaridad, que les urgen mejores gobiernos y que ellos en su tierra pueden aportar mucho al mundo. Si puedes, también llévales  esperanza. (Puedes pedirle asesoría a Bill Gates, él hace mucho por aquellos lugares). Sácate una foto con un león, pero no se te vaya a ocurrir una como la del Rey Español, junto a un elefante muerto, eso no se vale, te están matando uno de tus transportes y ya sobran muy pocos.

Ya que nos estamos tuteando, a los cuatro les voy a pedir por Mi México:

Ahora sí, quiero que me traigan:
Un país pacífico, esta ruda la inseguridad. (Aquí sí por mí y por todos mis compañeros)
Un mejor gobierno, pero con mejores ciudadanos. Yo convenzo a un par de perdis.
Ciudadanos más honestos, que tengan argumentos para exigir gobiernos más honestos y comprometidos.
Compatriotas que ayuden a compatriotas en lugar de estorbarles y aplastarlos.
Políticos que trabajen por los demás, no solo por ellos.
Niños más felices nada más porqué sí y aunque sean medio maloras.
Muchos emprendedores que generen trabajos dignos (en toda la extensión de la palabra)
Muchos mexicanos comprometidos a mejorar nuestro país en todos los sentidos.
Hombres (HOMBRES) que no maltraten a sus familias.
Mujeres (MUJERES) que quieran a sus hijos de verdad.
Familias (FAMILIAS) que no dejen a la deriva hijos, por querer re-hacer sus vidas.
Algo muy urgente y necesario, que los inconformes hagan sus marchas, plantones, manifestaciones y otras expresiones ) en el Desierto de Chihuahua y lejos de cualquier ciudad norteña (con eso de la Libertad de Manifestación nos traen fregados acá en la Capital). Nos mochamos con agüita para que no se vayan a secar.

Y como estoy pidiendo poquito, también quiero seguir teniendo la capacidad de querer, de recibir quereres y de ser mejor.

¿Qué tanto es tantito?

Oigan los cuatro, antes de que se me pase, también incluyen lo que les pidan los lectores de esta carta o se van a sentir y luego por eso ya no creen en ustedes.

Seguro hay pecadores, pero de a poquito.

Y firmo:
Su muy bien portado Conocedor.

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PD. ¿Cómo le hacen para recorrer el mundo en una noche, con este méndigo tráfico navideño? Yo me quedé atorado en el Periférico como 2 horas y con ganas de hacer pipí.

jueves, 20 de diciembre de 2012

El Fin del Mundo y yo con tantos pendientes.

Dicen que los Mayas dijeron que mañana se acaba el mundo……..
Me sobran unas cuantas horas para resolver una bola de pendientes que tengo y no puedo dejar de solucionar.

Todavía no defino, cómo voy a cocinar el jamón para la cena navideña… eso no puede esperar o voy a tener que cenar romeritos.
Me urge aprender a tocar el pandero, luego les platico de un pretendido grupito musical que estamos formando, El Profesor, Rafael, Patricio y su Conocedor.
Ya tengo que abrir un restaurante con especialidades del Conocedor. ¿Les late?
Tengo que aguantar 45 minutos en la bici sin echar el bofe, casi expulsando el pulmón.
Ya tengo que liquidar la deuda de “la tarjeta”, me choca pagar intereses.
Hay pendientes varias cenas con amigos que no he visto en varios meses. Se me hace que hoy voy a comer como loco.
Tengo que aprender a jugar FIFA 2013, para de perdis meterle un gol a Mi Oso, nunca le he ganado un juego y ni juntos no podemos con el méndigo Patricio y su papá Jorge.
Urge aprenderse las canciones de 1D para cantar a dueto con La Cachorra. Ella se las sabe todas y yo solo me aprendí “Like a Virgin” de Madonna, que no le inspira nada.
Tengo que llevar mi pantalón nuevo al sastre, me queda de peluche en la cintura pero las piernas son como para Michael Jordan.
Tengo que marcarle a Shakira para felicitarla por el próximo bebé. (Chin, no fue mío)

Hay otros pendientes que sí voy resolviendo a diario: todos los días beso a mis cachorros, molesto a Mi Chiquita y le hablo a algún amigo.  Además de cocinar algo rico y diferente para el que le toque y por supuesto trabajar.

¿Qué harían si tuvieran la certeza de que mañana pufff?
Yo, lo mismo que hago diario y no quiero construir un Bunker.

A mí se me hace que los mayas nada más nos están tanteando. ¿Se imaginan planear una pachanga mundial con tanta anticipación?

Yo los voy a mandar (a los antiguos Mayas) a que me saluden a su mamita chula, seguro van a posponer su evento varios siglos y solo lo hicieron para que nos dieran calambres y no los olvidáramos.

¿Qué nos les parecieron suficientemente impactantes las pirámides que dejaron acomodadas como tiradero de piedrotas?

Mejor para recordarlos, hay que preparar unos panuchos de relleno negro, tacos de cochinita, un queso relleno, unos papadzules y un Poc Chuc. Y para brindar un Xtabentun y tres Montejo.
También se me ocurre otro pendientito. ¿Qué tal si inventamos una profecía que diga que el mundo se va a acabar el 12 de mayo, 7048?

¡Corran la voz! El Conocedor ha hablado y dijo que el mundo finalizará el 12 de mayo, 7048, basado en cálculos matemáticos que detallan el consumo creciente de trompos de Tacos al Pastor en la ciudad de México, después el país y finalmente alcanzando al mundo con cataclismos nada dietéticos.

Inicia la “Era del Empache” y terminará ese fatídico día……..O escogemos otra fecha que caiga en sábado para molestar más.

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miércoles, 19 de diciembre de 2012

Música

Desde que tengo memoria, la música ha sido parte de mi hogar y mis amigos, si no hay música no es lo mismo.

Ya hace algunos ayeres, Cacho fue mi primer socio para “alquilar” (no sean mal pensados, así se le decía al servicio de poner música grabada en fiestas y como hasta la fecha ninguno toca algún instrumento y menos canta, pues era grabada), después de un par de años me heredó a sus hermanos: Rafael y Sergio.
Con estos tres aprendí que no hay música mala, que cualquier canción, melodía u obra magistral requiere de un ser con sensibilidad especial, que logra transmitir un mensaje y muchas veces sentimientos, a través de letra y armonía.

Como somos de la época Disco (ni se hagan los muy jóvenes, que todavía se sigue poniendo en los antros), no nos gustaba la música en español (qué brutos ¿verdad?). La tendencia a escucharla y apreciarla nos “obligó” a hacerla sonar en nuestras potentes bocinas y así, se integraron a nuestro repertorio, desde baladas y boleros, hasta cumbias y Cha Cha Chas, al principio en Bodas y 15-Años, a las que iban los “señores mayores” y no bailaban Disco Music.
En aquella época, yo ponía las lentas (tiempo bautizado por Daniel como la “Hora del Tallarín”). Hoy dicen que hasta provoqué embarazos no deseados.
Rafael y Sergio que tienen mucho más ritmo y le movían mejor a las tornamesas, ponían la música para bailar y muy bien “mezclada”.

Con nuestros servicios, hicimos que muchísima gente se divirtiera, que conviviera, bailara y disfrutara unas horas de pachanga, que a la fecha recuerdan y nos recuerdan. Lo mejor es que nosotros también lo disfrutamos muchísimo junto a unos 20 gorrones que nos acompañaban a cada “alquilada”.

Hoy ya oigo de todo, mi amigo El Profesor toca música clásica en piano (de verdad toca rete bien y me invita de gorra),
soy amigo de Álvaro Carrillo Jr. con quién he compartido varias veladas escuchándolo cantar música de su padre (me encanta El Andariego),
soy superfan de José Alfredo desde que escuché por primera vez “Ella” y para mí “Sigue siendo el Rey”.

Eso sí, lo de la bailada se lo dejo a cualquier otro…. Si un día quieren ver a un humano imitando a un oso de circo bielorruso, entumido y bailando,  díganle a Mi Chiquita que me saque a bailar.

Seguro han bailado “No rompas más”, bueno pues si quieren terminar la canción sin lesiones en las espinillas, bailen lejos de mí. Con YMCA, mejor hagan como boxeo de sombra por qué no respondo chipote con sangre. Y si de mala suerte les toca estar junto a mí mientras suena el Can Can, ¡corran por sus vidas!

Para evitar lastimados y mentadas muy merecidas, mejor dejo que bailen los demás mientras botaneo y echo taco de ojo entre las bailarinas.

La música une a la gente, la hace bailar, soñar, reír, pensar y (aunque a mí no me gusta) llorar.

Un tip al sexo masculino: Al que baila, nunca le falta pareja, así como al que cocina tampoco.

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martes, 18 de diciembre de 2012

Los Regalitos

Para esta época Navideña, ¿Cuántos roperazos han reciclado? ¿Cuántos detallitos tienen por si los visita alguien? ¿Cuántos regalos les costaron su lanita y no saben si le gustaron a los que los recibieron? ¿Cuántos han recibido y no les gustaron?

Yo muchísimos, tengo desde recuerditos de bodas y bautizos, hasta centros de mesa “robados” porqué estaban bien bonitos, hay cajitas de dulces y tarros con sobrecito de cocoa, también me encontré una corbata de la época A GoGo. Eso es lo que tengo para regalar en caso de emergencia. (Ni sueñen con mi Cajita de Chocolates, de esos les invito en mi casa). Si les toca uno de esos, no me reclamen, yo no reclamé.

Parezco mal agradecido, pero me han regalado unas cosas, que no me imagino usando: Unos calcetines multicolores con deditos independientes y cada dedo debe entrar como guante. Me da claustrofobia nada más de imaginármelos puestos. Están en el closet.

También recibí unas pantuflas de peluche verde con uñas de dragón anaranjadas, me cayeron muy simpáticas, pero las usé dos pasos antes de tropezar y darme un guamazo en las rodillas. Están en el closet.

Me tocó un suéter rayado, que si me lo pongo, parezco Pavarotti usando un suéter de César Costa, sin cantar como ninguno de los dos y sintiéndome como jamón bien vestido para invierno. Está en el closet.

He visto algunos de los detallitos que le dan a mi Chiquita y solo pienso…. No manchen, ya la van a cortar del grupito de esas amigas o de verdad no la quieren. Imaginen una cajita cubierta de terciopelo rosa con una sirena bailando arriba de ella al ritmo de la Sirenita de Rigo. Está en el closet.

También la han tocado unas paletas de esas de caramelo, con diámetro de 40 cm, que cuesta un trabajo cargar y que si te la llegas a devorar, sufrirás un coma diabético. Terminan en la basura, por qué no caben en el closet, nadie se las comió y ya se veían muy sudadas con el jarabe, ese que se hace en los caramelos viejos, saliendo por todos lados.

Soy pésimo para eso de regalar, no tengo idea de lo que les gusta a los demás (a menos que sea comida), menos idea tengo de las tallas. Hasta hoy no he iniciado una conversación preguntando: ¿Qué talla de cintura eres? o con más confianza ¿De qué tamaño tienes la patas?

Segurito les han tocado los intercambios, en serio y en broma. (Cuando ves los regalos no sabes de cuál es cuál.)

En esos clásicos juegos de intercambios, le sale a uno el avaro que lleva dentro, peleas por él que te late más como si fuera la tiara de diamantes de Lady Di o la camiseta de Messi con todo y autógrafo certificado. Si te lo quitan, sientes que se va una posesión invaluable y te queda la sensación de pérdida terrible. (Ni idea tienes que hay adentro de la caja, pero así se siente.)

Al finalizar las rondas de robo de regalos y el inicio de la parte donde todos enseñan lo que les tocó, mueres de risa, cuando a la cuñada de tu Prima (la méndiga te quitó muy sonriente tu caja) le toca una bolsa de canicas de las Chivas. Más te ríes cuando todos gritan: ¡Que se las ponga, que se las ponga!
Nunca falta que un regalo es una tanga con la cara de Santa en el triangulito mayor…..y le toca a la tia-abuela que acaba de cumplir 87 añitos y todos vuelven a gritar: ¡Que se las ponga, que se las ponga! Lo malo es que sí se la pone, pero como collar quedando Santa de cabeza.
Tampoco falta el condón, que le toca al sobrino de 7 años que emocionado lo infla como globo, logrando un color altamente colorado en la cara de su mamá.

Al primo de 18 años, le toca la Barbie pirata del tianguis, a la abuelita le toca una corbata de Mickey, al tío le tocan unos boxers, que se pone arriba del pantalón y así se queda toda la cena, la tía más religiosa, recibe un Playboy de los viejitos, arrugado y en ya muy mal estado…. Y así todos reciben su regalo del intercambio.
Los más inteligentes son los niños que cambian el que les tocó por uno que se apega más a sus gustos.

Hoy mi Má (que dice que es una santa, pero ni tanto) me preguntó sobre los gustos de La Cachorra y del Oso de Peluche “para ver que les regala”. Yo le sugerí que unas vacaciones de 2 semanas a la Riviera Maya para 4 personas le iban a encantar a La Cachorra y que al Oso le encanta el Mini de 4 puertas. No me la mentó porqué se le regresa…. Y no es nada wey.

Pero ya en serio: Si le dije que les regalara algo que pudiera compartir con ellos, no tiene que ser costoso, no tiene que ser sofisticado, solo debe contener la posibilidad de vivir con ellos un rato y que todos los disfruten. Sugerí que le regalara a La Cachorra (que es MiniChef) un paquete para hacer galletas con los demás ingredientes que se requieran y que la invite a prepararlas juntas.
Para el Oso, le sugerí que le comprara un rompecabezas de los Angry Birds con un sobre de palomitas para invitarlo a armarlo juntos mientras botanean palomitas.

Estos no los van a guardar en el closet, pero si en su memoria.

Si me quieren regalar algo y no les alcanza para el Mini de 4 puertas, regálenme parte de su tiempo, juntos armamos el regalo y nos la pasamos de pelos además de que nunca voy a guardarlo en el closet.

Yo los ofrezco de regalo lo mismo, así no gastamos y no ocupan espacio en su closet.

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lunes, 17 de diciembre de 2012

La Relatividad del Tiempo

Ni modo, Dios que es muy sabio me hizo hombre o hubiera sido la única mujer fea y la más fodonga del mundo.
Con eso de que soy del sexo masculino, tengo características muy diferentes a las del otro sexo. Una de las que les voy a platicar es la percepción del tiempo, su uso y abuso. Ahí voy.

A algún ocioso babilónico, se le ocurrió observar a la luna y empezar a medir el tiempo por medio de un calendario lunar (estoy segurísimo que ere babilónico y no babilónica). A partir de ese momento, los de mi sexo, empezamos a sufrir.

Ya muy modernos, tenemos desde siglos hasta segundos, pero hoy solo hablaremos de los minutos.
Bellas todas, un minuto dura sesenta segundos y ni uno más, si no me creen, verifíquenlo en un relojito (chequen en sus celulares, todos tienen relojes y todas traen celular aunque sea viejito).
Cuando a uno le dicen: “A las nueve nos vamos a la cena en casa de la Puquis.” Debes estar listo, bañado y perfumado a las nueve. Pasan varios minutos más y ella está revisando “¿qué se va a poner?”…… Yo solo pienso que para que me dijeron que a las nueve, hubiera seguido viendo la tele echadote y con mi light. Pasan cerca de 45 minutos de 60 segundos cada uno y me indica:

-¡Qué esperas, te dije que a las nueve!
Yo, seguro de mi mismo contesto: Yo ya estaba listo desde hace mucho.
-Me tardé por tu culpa, como no tengo nada que ponerme tuve que buscar muchísimo.
-No te enojes, luego vamos al tianguis.
-Menso, no es chiste, ya vámonos.

En ese momento sucede un imprevisto. Ella preocupada expresa: ¿Dónde dejé el celular?... No me puedo ir sin él, a lo mejor algo me tiene que platicar mi mami y si no le contesto se va a preocupar. En un minuto (O sea 60 segundos) lo encuentro.

Yo me siento en la escalera mientras escucho un rumor como de tsunami en la recámara, asustado corro a ver si no le pasó nada. No hay daños visibles, solo veo volar como 10 vestidos que se probó antes de vestirse, una bota pasa volando cerca de mi cabeza con peligro de ser degollado, hay como seis bolsas regadas por todos lados y abre una por una para buscar su aparato comunicador, hasta que me dice “márcame para encontrarlo”. Para esto ya pasaron más de 10 minutos. Obediente le marco y el celular suena……. en la cocina.

Cincuenta y cinco minutos después de la hora marcada nos dirigimos a casa de la Puquis y como ya se hizo tarde, pues el tráfico está más ligerón, al llegar encontramos lugar cerquita de la puerta de la anfitriona y me estaciono como taxista a la primera. Ahí empieza otro minuto.

-Espérame un minuto en lo que me doy una peinadita y checo el maquillaje.
Solo pienso ¿Y los 55 minutos de retraso, de qué sirvieron?
Después de unos cuatro minutos, me empieza a dar sueñito sentado en el lugar del piloto y por error pregunto: ¿Ya estás lista?
-Yo no soy como tú que no le importa ir fachoso a todos lados. Espérate un minuto.
Otra vez pienso: ¡Chin otro minuto! Y empiezo a revisar la calle, no sea que nos vayan a asaltar por estar ahí afuera o que nos agarre la patrulla y nos acuse de faltas a la moral sin goce alguno.
10 minutos después de estacionarnos (también de 60 segundos cada uno), por fin vamos a acceder a la reunión con hartas ganas de botanear y cotorrear con el compadre.

En la mera puerta me dice: “Espérate tantito, ¿Me veo bien?”
Ya la experiencia me indica, qué debo contestar si quiero botana en menos de 30 minutos de posibles retoques en el coche: ¡Te ves mirreinísima!
Pues que entramos y sorpresa; ¡No ha llegado ningún otro convidado!
El compadre nos recibe y ofrece bebidas y viandas que luego, luego acepto.
Mi Chiquita pregunta: “¿Y la Puquis?”
El sufrido compadre solo dice: “Me dijo que en un minuto baja, que está terminando de arreglarse.”

Conforme llegan las parejas invitadas, reconozco las caras de los hombres que pasaron por varios minutos femeninos (de mucho más de sesenta segundos), donde sus rostros reflejan una sed y hambre generadas desde hace un par de horas estando ellos ya listos.

Al final como a las 5 de la mañana, ya nada más falta el Goodbye Tour.

Recordatorio: Un minuto equivale a sesenta segundos.

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